Reseña
de: Ni Dios permita de Tomás de
Mattos
Por María Magdalena Prado
Todos los amantes de la literatura tenemos
en nuestro haber algún “tesoro” literario. Pasajes que nos guían, textos que
enseñan, emocionan y que nos
reflejan, como también autores que sentimos propios. Uno de estos es, para mí, Tomas de Mattos, quien nació en Montevideo en 1947
pero vivió desde su infancia en el departamento norteño, Tacuarembó. Fue la
ciudad homónima la que lo vio crecer y formarse como uno de los mejores
escritores de nuestra contemporaneidad.
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De Mattos es
recibido en
abogacía, además de ser columnista de la revista “Caras y Caretas”. Fue director de la
Biblioteca Nacional durante cinco años y tuvo su propio taller literario donde
dictaba clases.
De todas las
obras de este genio de la pluma podemos destacar Bernabé, Bernabé, por la que le fue otorgado el premio “Bartolomé Hidalgo”
(Cámara Uruguaya del Libro), y La
Fragata de las Máscaras, que obtuvo el premio del Ministerio de Educación
y Cultura.
Tal vez por
su encanto y cierto suspenso en una estructuración ágil, colmada de ingenio e
imaginación, es que este novelista y cuentista uruguayo pasó a ser parte de
mi “tesoro de biblioteca” y uno de los autores más reconocidos al regreso a
la democracia uruguaya.
Ni Dios permita, una obra exquisita
de leer, llega al lector a través de un narrador protagonista, Dante
Passarini, un odontólogo padre de una familia de clase alta del Uruguay de la
dictadura cívico-militar. Los personajes son caracterizados admirablemente por
el autor, quien les otorga rasgos que permite reconocerlos como reales.
Diversos universos entran en juego en
esta novela; los valores de familia, la
realización del matrimonio y la búsqueda del progreso
económico íntimamente relacionados con las pasiones y el egoísmo más humano a flor de piel.
Todas estas
moralidades
cotidianas se ven teñidas de una realidad uruguaya diferente, un panorama donde
los antagonismos políticos hacían “ruido” distanciando en ocasiones familiares
y amigos. Una época de malos-buenos, izquierda-derecha, de comunista-fascista.
De Mattos nos
invita a ver nuestro país no desde una perspectiva blanco-negro, sino desde los
inevitables grises que componen la realidad. Será entonces el lector el que,
tal vez, se reconozca en los
protagonistas. Este libro tiene la extraña virtud de implicarnos a todos.
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