lunes, 5 de noviembre de 2012


 Reseña de: Ni Dios permita de Tomás de Mattos
Por  María Magdalena Prado

Todos los amantes de la literatura tenemos en nuestro haber algún “tesoro” literario. Pasajes que nos guían, textos que enseñan, emocionan y que nos reflejan, como también autores que sentimos pro­pios. Uno de estos es, para , Tomas de Mattos, quien nació en Montevideo en 1947 pero vivió desde su infancia en el departamento norteño, Tacuarembó. Fue la ciudad homónima la que lo vio crecer y formarse como uno de los mejores escritores de nuestra con­temporaneidad.
De Mattos es reci­bido en abogacía, además de ser columnista de la re­vista “Caras y Caretas”. Fue director de la Biblioteca Nacional durante cinco años y tuvo su propio taller literario donde dictaba cla­ses.
De todas las obras de este genio de la pluma podemos destacar Ber­nabé, Bernabé, por la que le fue otorgado el pre­mio “Bartolomé Hidalgo” (Cámara Uruguaya del Li­bro), y La Fragata de las Máscaras, que obtuvo el premio del Ministe­rio de Educación y Cultura.
Tal vez por su en­canto y cierto suspenso en una estructuración ágil, colmada de ingenio e ima­ginación, es que este nove­lista y cuentista uruguayo pasó a ser parte de mi “te­soro de biblioteca” y uno de los autores más reco­nocidos al regreso a la democracia uruguaya.
Ni Dios permita, una obra exquisita de leer, llega al lector a través de un na­rrador protagonista, Dante Passarini, un odontólogo padre de una familia de clase alta del Uruguay de la dictadura cívico-militar. Los personajes son carac­terizados admirablemente por el autor, quien les otorga rasgos que permite reconocerlos como reales.
Diversos universos entran en juego en esta novela; los valores de fa­milia, la realización del matrimonio y la búsqueda del progreso económico íntimamente relacionados con las pasiones y el egoísmo más humano a flor de piel.
Todas estas morali­dades cotidianas se ven teñidas de una realidad uruguaya diferente, un panorama donde los antagonismos políticos hacían “ruido” distanciando en ocasiones familiares y amigos. Una época de malos-buenos, izquierda-derecha, de comunista-fascista.
De Mattos nos invita a ver nuestro país no desde una perspectiva blanco-negro, sino desde los inevitables grises que componen la realidad. Será entonces el lector el que, tal vez,  se reconozca en los protagonistas. Este libro tiene la extraña virtud de implicarnos a todos. 

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