martes, 23 de octubre de 2012

Consumismo

El consumismo aparece como un comportamiento social masificado debido al estado avanzado del capitalismo en EEUU durante las primeras décadas del siglo XX. Esto fue posible por los avances tecnológicos tales como la producción seriada, pero además, gracias al desarrollo de mecanismos financieros y de organización laboral, o sea la irrupción del crédito y la taylorización del trabajo.
Con todo esto fue surgiendo un ¨estilo de vida norteamericano¨ fundado en la comodidad y el optimismo, que por muchos años representó un modelo de vida para los habitantes del mundo occidental. La filosofía, el lenguaje, el sistema político así como los alimentos, la vestimenta, la música, la pintura, la literatura, el cine tuvieron la etiqueta de ¨made in USA¨.
Las clases más altas ya no se distinguían por el hecho de tener el producto sino por la categoría y la marca de ese producto.
El individuo forma parte de un grupo porque consume un conjunto estandarizado de bienes, y a la vez, consume porque forma parte del grupo.
Durante la década de 1950 la población aumentó en 28.000.000 alcanzando la cifra de 179.325.000 habitantes.
En este marco de prosperidad, el consumo alcanzó niveles sin precedentes y se convirtió en un valor en sí mismo.
Esto llevó a que se produjeran profundas transformaciones en la sociedad, en sus costumbres y en el lugar que en ellas ocupaban los jóvenes, que se convirtieron en un grupo social con vida propia. En cierto sentido, la juventud se convirtió en una etapa preponderante de la vida y la mayor parte de los seres humanos mostraban la aspiración de mantener la juventud.
Pero nada de lo que hablamos anteriormente hubiese ocurrido si no existieran los ¨mass media¨. Desde los primeros años del siglo XX, el cine se convirtió en una forma de diversión popular.
En el decenio siguiente, el avance y difusión de la radio logra que la gente imagine y viva lo que desde el mismo estudio se les insinúa. En 1930 y 40 la televisión cambia por completo las formas de interpretación y se convierte en uno de los electrodomésticos esenciales, en los años 70 logra estar presente en casi la totalidad de los hogares. O sea, los medios de comunicación desde su comienzo tratan de producir necesidades de masas, normalmente disfrazadas de sutilezas individuales, prestigio social, carrera por el status, obsesión por el ¨standing¨, un hecho de civilización nuevo que ¨contamino¨ hasta los pueblos más atrasados.
Con esto la brevedad se convierte en el valor más cotizado para el desarrollo de esta sociedad de consumo, producto y reflejo de una sociedad postindustrial en la que la base y el centro del sistema productivo y de las pautas de comportamiento es la búsqueda de placer. 
Se precipita y generaliza la publicidad y venta de productos de ¨usar y tirar¨, manteles, platos, cubiertos, servilletas y pañuelos de papel, envases no retornables, mercancías, en fin de una sola función, y en el marco cultural viene sucediendo lo mismo: novelas cortas, cuentos breves, información en ráfagas, que apenas dé tiempo de pensar, esto es lo que quiere la sociedad de consumo.

Lizzie Williams Oxandabarat

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