domingo, 21 de octubre de 2012


Entre las páginas de un libro

En los niños, como en todo ser humano, el lenguaje es parte de su constitución y, en consecuencia, entre las experiencias o en compañía de un adulto ocupan un lugar destacado.

Cuando descubren entre las páginas de un libro historias y personajes potentes, que interpelan su sensibilidad y amplían su horizonte cognitivo, suelen atesorarlos en su memoria afectiva para toda la vida.
Sin embargo, para que este “enamoramiento” se produzca, por lo general hace falta un artífice o mediador. Un adulto experto que ponga al alcance de este lector quizás ávido pero también incipiente, una historia. En la que una trama sólida y el trabajo con el lenguaje desplieguen el potencial de la literatura, es decir, un libro que abra interrogantes, incite a la duda, promueva reflexión sobre la propia identidad y también sobre la diversidad humana.
Para colaborar con esta compleja y basta tarea, te sugiero “Bibiana y su mundo” de José Luis Olaizola.

El carácter alegre y abierto de la niña pone en el relato un fondo amable a un problema social duro, al que el autor ha sabido buscar solución sin provocar desgarros ni amarguras.
En una niña huérfana de madre y porque su padre, además de no trabajar, se pasaba gran parte del día borracho.

Pero, además, porque es precisamente en el lenguaje poético donde la metáfora se hace plena. Y habilita en el niño la sospecha de que el sentido no es algo dado ni anida en la superficie sino que se impone como un desafío al lector para que lo reconstruya.

Lizzie Williams Oxandabarat

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