Más de tres millones de técnicos

 

Pese a que recién estamos casi a fines de 2012, el mundial BRASIL 2014 ya se palpita. Todas las selecciones quieren dar lo mejor de sí y poder ganarse todos los puntos posibles en las Eliminatorias para respirar y pensar en lo que viene.

Uruguay, no quiere quedar atrás e intenta hacer lo mismo. Dejar todo por esa camiseta que tanto queremos  y regalarle alegrías a estos tres millones.

Alegrías que se vieron interrumpidas por golpes fuertes en estos últimos cuatro partidos que significaron 12 goles en contra y solamente 2 a favor.

El viernes fue contra Argentina, rival difícil y de todas las horas. Rival al que el uruguayo le quiere ganar hasta “la bolita”; y hoy contra Bolivia, a 3600 metros de altura porque así la FIFA la pactó.

Mañana no es un día más para todos desde sus lugares. Es la charla de cómo jugaron, por qué esos cambios, por qué ese esquema y muchos porqué que llevan como respuesta a un solo dt con 22 jugadores.

Eduardo Galeano dijo en su libro “El Fútbol a Sol y sombra”, “La historia del fútbol es un triste viaje del placer al deber. A medida que el deporte se ha hecho industria, ha ido desterrando la belleza que nace de la alegría de jugar porque sí”.

“El juego se ha convertido en espectáculo, con pocos protagonistas y muchos espectadores, fútbol para mirar… La tecnocracia del deporte profesional ha ido imponiendo un fútbol de pura velocidad y mucha fuerza, que renuncia a la alegría, atrofia la fantasía y prohibe la osadía”.

El fútbol mueve masas de una manera imposible de lograr por cualquier otro hecho social, es el evento popular que más almas convoca y que más pasiones promueve.

El hincha sufre, vive y muere por su camiseta. Cuando juega su club no “juegan ellos”, el dice “jugamos nosotros”. Y hoy jugamos todos, jugamos estos tres millones de técnicos ansiosos por llegar a esa meta, a ese tan ansiado mundial.

Hoy venimos de tropezones, pero eso no significan caídas. El alma del hincha y el espíritu futbolero uruguayo sabe que esto es solo un mal momento y que lo mejor, lo mejor siempre está por venir.

Lizzie Williams Oxandabarat